lunes, 14 de septiembre de 2009

Reflexiones de una noche de insomnio



Lo que tienen esas noches en las que no puedes dormir es que te hacen pensar con claridad -o al menos te hacen creer que así sucede- y te dejan todo el tiempo del mundo para hacerlo. En mi caso particular, me he dado cuenta que añoro esa "ilusión" ingenua por la vida que tenía hace 3-4 años. Esa capacidad de dejarse llevar por la imaginación, de pensar que cualquier cosa es posible, de soñar despierto.

Anhelo signo inequívoco de que me hago mayor. Es curioso como cuando somos pequeños deseamos ser adultos... y cuando somos adultos buscamos volver atrás en el tiempo. Ojalá estos pensamientos no se queden en nada la mañana siguiente. Se convertirían en una razón de peso por la que luchar, una oportunidad para actuar con el corazón, una vía para escapar de la rigidez del mundo adulto, un oasis de esperanza para vivir los momentos más insignificantes e insospechados de la vida con inusitada vitalidad.

Que la falta de sueño no sea inane.

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